martes, abril 11, 2006


De las Recaídas

En "La Vuelta al Día en 80 mundos" Cortázar dice algo así..."Un lápiz en la mesa recae a menudo. Un señor se enferma y un martes recae ...las mujeres como recaen"
El caso es que hace más de un año que no veía al joven W. ( Sin contar las múltiples ocasiones en las que fue el protagonista de mis sueños). Ayer lo ví y hoy tengo la piel llena de chispitas Mariposa y una sonrisa estúpida dibujada en la cara.
Quería llevarlo a ver teatro pero cancelaron la función por la lluvia, quería una cita decente y agradable, cordial. Tenía en mente algo parecido a una escena de " In the mood for love" pero no lo logré y todavía no sé como sentirme al respecto.
Cuando lo ví pensé que estaba más gordo y que con el pelo corto había perdido gran parte de sus encantos. Después fuimos a uno de esos cafés anónimos encontrados al azar. Había velitas en la mesa y servían Corona en vasos congelados. Demasiados espejos para mi gusto y baladitas gringas como banda sonora. Hablamos de muchas cosas, cosas que uno sólo le cuenta a un siquiatra o a alguien en el que confía. Me pareció que su sonrisa seguía siendo adorable y que no me importaba su mirada apagada. Para esa altura ya me había acostumbrado por completo a su nuevo corte de cabello y hasta pensaba que así se parecía aún más al protagonista de "Lucía y el sexo". A pesar de todo, seguíamos siendo sólo dos viejos amigos que se reencuentran , hablan y ya.
Nos echaron del café, yo no quería regresar a mi casa... empezamos a caminar por la noche sin decir nada. Hasta que yo pregunté " ¿a dónde vamos? ... "no sé" fue su respuesta. Hicimos el deporte extremo de caminar por Chapinero después de las 11pm hasta llegar a su apartamento. Lo que siguió fue para mí una de las noches más hermosas de mi vida. Con el joven W. no puedo resistirme. Mi mente me decía todo el tiempo que huyera , que bastante desastrosa había sido para mí la última vez como para pasar de nuevo por eso... pero había algo en la manera de tocarnos que me hacía sentir que no se trataba sólo de tocarse y ya. Yo no sé , no tengo ni la menor idea de lo que piensa el joven W. pero para mí valió la pena haber recaído.
Mi cuerpo en sus manos despierta , me siento realmente maromera pero todo sale tan natural... sentí luz, sentí emoción , sentí realidad, sentí algo que tal vez y muy a mi pesar es amor.
Sin embargo, soy torpe, finjo , me encierro trato de que él no se de cuenta..."pasajera en trance, pasajera en tránsito perpetuo" Sé que saldré nuevamente lastimada de todo esto, pero creo que vale la pena pagar el precio de mi herida.

No hay comentarios.: